Las ventanas del sueño son las horas que el niño debe permanecer despierto desde su última siesta y antes de volver a dormirse.
No debemos dejar que el niño permanezca despierto más tiempo para que no estén ‘’sobre cansados’’ y que después les cueste más conciliar el sueño, este más irritable o que incluso duerma peor durante la noche.
Cuando pasamos más horas despiertos de las que debemos, el cuerpo comienza a segregar cortisol para ayudarnos a permanecer despiertos y se llega a un estado de ‘‘sobre cansancio’’ en el que el niño puede estar irritable, incluso muy activo y que nos cueste más dejarlo dormido.
Por lo que llevar un horario para dormir ayudará a que tu hijo descanse mejor y tarde menos en conciliar el sueño.
La tabla del inicio de este artículo es orientativa, hay que fijarse en cada niño, observar sus señales de cansancio y no obligarles a cumplir estrictamente los tiempos.
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